Los paparazzis que se concentran en Namibia andan de un lado para otro como si fueran padres impacientes en la sala de maternidad.
Mientras los diarios sensacionalistas predicen la inminente llegada del bebé más famoso del año, las estrellas de Hollywood Angelina Jolie y Brad Pitt seguían siendo casi invisibles en su balneario de Namibia, evadiendo los intentos de los periodistas de conseguir la exclusiva de su carrera.
A pesar de que el 18 de mayo fue reportado ampliamente como una fecha clave, había pocos indicios el jueves de que el bebé fuera hacer su aparición.
Un diario local citó el jueves fuentes que aseguraban que Jolie iba a dar a luz en los próximos dos días y que posiblemente optaría por un parto en casa con un avión especial a la espera.
"Se espera que Jolie inicie trabajo de parto en las próximas 48 horas," dijo el Namibian bajo el titular "El bebé Jolie-Pitt se espera para dentro de poco."
Hay dos hospitales privados en las dos ciudades más cercanas de Walvis Bay y Swakopmund.
Sin embargo, hay quienes especulan que la fecha real podría ser dentro de semanas, provocando incluso una espera más larga de lo que una revista de Nueva York ha definido como el nacimiento más esperado desde el de Jesucristo.
Los residentes del país desértico del sur africano, conocido sobre todo por sus dunas de arena gigantes, dicen que están desconcertados con el despiadado interés de los medios en sus famosos invitados, que llegaron hace seis semanas con sus hijos adoptados Maddox y Zahara.
"Creo que es un gran alboroto. Lo siento por ellos, se les debería dejar en paz," dijo Ingrid Wheal, propietaria de una tienda local.
La llegada de Pitt, de 42 años, y de Jolie, de 30 a Namibia hace seis semanas provocó la histeria de los medios de comunicación que llevó a que los guardaespaldas de las estrellas y los empleados de seguridad intentaran echar a los periodistas de la ciudad.
Los periodistas siguen al acecho en las cafeterías y vigilan la zona tranquilamente, atentos a cualquier movimiento o vestigio de información del hotel y tratando de pasar desapercibidos por temor a una posible deportación.
La seguridad en torno al complejo donde se alojaban se incrementó el jueves, y los guardaespaldas vigilaban los alrededores en busca de fotógrafos que esperaban lograr el cheque multimillonario de las primeras imágenes del bebé.
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